Chistes Varios y Frases - Chiste #7428
UNA RELACION HOMBRE-MUJER
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Pongamos que un chico llamado Luis se siente atraído por una
mujer llamada Esther. El le propone ir juntos al cine, ella
acepta, se lo pasan bien. Unas pocas noches después el le invita
a ir a cenar, y de nuevo están a gusto. Siguen viéndose
regularmente, y un tiempo después ninguno de ellos ve a ningún
otro.
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Entonces, una noche cuando van hacia casa, un pensamiento se le
ocurre a Esther y, sin pensarlo realmente, ella dice:
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- ¿Te das cuenta de que justo hoy hace seis meses que nos vemos?
-
Y entonces se hace el silencio en el coche. A Esther le parece
un silencio estruendoso. Ella piensa: - Vaya, me pregunto si le
habrá molestado que yo haya dicho eso. Quizás se siente
restringido por nuestra relación; quizás crea que yo estoy
tratando de forzarle a alguna clase de obligación que el no
desea, o sobre la que no está muy seguro.-
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Y Luis esta pensando: - Vaya. Seis meses.-
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Y Esther piensa: - Pero yo tampoco estoy segura de querer esta
clase de relación. A veces me gustaría tener un poco más de
libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo que yo realmente
quiero que nos mantenga en la dirección a la que nos estamos
dirigiendo lentamente... quiero decir, ¿hacia donde vamos?
¿Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel de
intimidad? ¿Nos dirigimos hacia el matrimonio? ¿Hijos? ¿Una vida
juntos? ¿Estoy preparada para este nivel de compromiso? ¿Es que
conozco realmente a esta persona?-
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Y Luis piensa: - ...así que eso significa que fue... veamos...
febrero cuando comenzamos a salir, que fue justo después de
dejar el coche en el taller, o sea que... veamos el
cuentakilometros... ¡Coño! Tengo que cambiarle el aceite al
coche.-
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Y Esther piensa: - Está disgustado. Puedo verlo en su cara.
Quizás estoy interpretando esto completamente mal. Quizás quiere
más de nuestra relación, mas intimidad, mas compromiso; quizás
el ha notado –antes que yo- que yo estaba sintiendo algunas
reservas. Si, apuesto a que es eso. Por eso es tan renuente a
decir nada sobre sus propios sentimientos. Tiene miedo de ser
rechazado.-
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Y Luis piensa: - Y voy a tener que decirles que me miren la
transmisión otra vez. No me importa lo que esos imbéciles digan,
todavía no cambia bien. Y esta vez será mejor que no intenten
echarle la culpa al frío. - ¿Qué frío? Hay 30_C fuera, y esta
cosa cambia como un camión de basura, y yo les pago a esos
ladrones incompetentes 60.000 pelas.-
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Y Esther esta pensando: - Está enfadado. Y no puedo culparle. Yo
estaría enfadado, también. Dios, me siento tan culpable,
haciéndole pasar por esto, pero no puedo evitar sentirme como me
siento. Simple y llanamente, no estoy segura.-
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Y Luis piensa: - Probablemente me dirán que solo tiene tres
meses de garantías. Eso es justo lo que van a decirme, los
capullos.-
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Y Esther esta pensando: - Quizás soy demasiado idealista,
esperando que venga un caballero en su caballo blanco, cuando
estoy sentada al lado de una persona perfectamente buena, una
persona con la que me gusta estar, una persona que realmente me
importa, una persona a la que parezco importarle realmente. Una
persona que sufre por causa de mi egocéntricas fantasías
románticas de colegiala.-
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Y Luis piensa: - ¿Garantía? ¿Quieren una garantía? Les daré una
garantía. Cogeré su garantía y la...-
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- Luis -dice Esther en alto- ¿Qué? - dice Luis, sorprendido
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- ¿Por favor, no te tortures así! -dice ella, con un inicio de
lagrimas en sus ojos. - Quizás nunca debí haber dicho... Oh,
Dios, me siento tan...- Se interrumpe, sollozando.
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- ¿Qué? - dice Luis
-
- ¡Soy tan tonta! - solloza Esther -. Quiero decir, ya se que no
hay tal caballero. Realmente lo se. Es estúpido. No hay
caballero, ni caballo.
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- ¿No hay caballo? - dice Luis.
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- Piensas que soy tonta, ¿verdad? - dice Esther
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- ¡No! - dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta
adecuada
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- Es solo que... solo que... necesito algo de tiempo - dice
Esther.
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Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo
rápido que puede, trata de decir una respuesta segura.
Finalmente se le ocurre una que cree que puede funcionar:
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- Si - dice
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Esther, fuertemente emocionada, toca su mano:
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- Oh, Luis, ¿realmente piensas eso?! - dice ella
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- ¿El que? - dice Luis
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- Eso sobre el tiempo - dice Esther
-
- Oh, - dice Luis -, si, claro.
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Esther se vuelve para mirarle y fija profundamente su mirada en
sus ojos, haciendo que el se ponga muy nervioso sobre lo que
ella puede decir luego, sobre todo si tiene que ver con un
caballo. Al final, ella dice:
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- Gracias, Luis
-
- Gracias - dice Luis
-
Entonces el la lleva a casa, y ella se tumba en su cama, un alma
torturada y en conflicto, y llora hasta el amanecer, mientras
que Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de patatas, enciende
la tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una
retransmisión de un partido de tenis entre dos checos de los que
nunca ha oído hablar. Una débil voz en los mas recónditos
rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el
coche, pero esta bien seguro de que no hay forma de que pudiese
entenderlo, así que opina que es mejor no pensar sobre ello.
(Esta es también la política de Luis acerca del hambre en el
mundo).
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Al día siguiente Esther llamara a su mejor amiga, o quizás dos
de ellas, y hablaran sobre la situación sobre seis horas
seguidas. Con doloroso detalle, analizaran todo lo que ella dijo
y todo lo que el dijo, pasando sobre cada punto una y otra vez,
examinando cada palabra, y gesto por nimios significados,
considerando cada posible ramificación. Continuaran discutiendo
el tema, una y otra vez, por semanas, quizás meses, nunca
llegando a conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose de
el, tampoco.
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Mientras, Luis, un día mientras ve un partido de fútbol con un
amigo común suyo y de Esther, durante los anuncios, fruncirá el
ceño y dirá:
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- Raúl, ¿tu sabes si Esther tuvo alguna vez un caballo?
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Nada mas, un saludo a todas aquellas mujeres que igual que
Esther siguen viviendo en ese castillo de Hadas.