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Apr'12 La historia de los clavos
HabÃa un chico con muy mal carácter, tan mal carácter que con frecuencia descargaba su ira con los que los rodeaban. Su papá, habiendo notado el problema, le dio una bolsa de clavos de 10 centimetros y le pidió cada vez que no pudiera controlar su ira, metiera un clavo en la puerta del garaje de la casa. Al caer el primer dÃa el chico habÃa metido 25 clavos en la puerta.
Al pasar los dÃas la cantidad de clavos que se añadian a la puerta iba descendiendo debido a que el chico comenzaba a notar que era más sencillo controlar su carácter que meter un clavo en la puerta. Llegó el dÃa en que el chico habÃa aprendido a controlar sus ataques de ira y ya no añadÃa clavos a la puerta.
Se dirigió a su padre a comentarle el hecho y éste le pidió esta vez que cada dÃa que pasara sin ningun incidente debido a su carácter, que extrajera uno de los clavos de la puerta. Al cabo de cierto tiempo el chico se dirigió nuevamente al padre y le comentó que ya la puerta estaba sin ningún clavo. Su padre le acompaño a la puerta y le dijo:
"Bien hecho hijo mÃo, pero mira cuantas marcas de agujeros han dejado los clavos. Esta puerta nunca quedará como era originalmente. Uno puede pedir disculpas a las personas afectadas por los malos tratos y respuestas inadecuadas, pero la marca permanece siempre como parte de ese momento."
Los buenos amigos son como joyas de gran valor, difÃciles de recuperar. Necesitamos su apoyo en la vida para apoyarnos en los momentos difÃciles y animarnos a continuar hacia el éxito. Siempre sacan tiempo para ayudarnos. Demuestra a tus amigos lo mucho que los aprecias.
Hace unos dÃas en las definiciones del Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce se hacia referencia a definiciones negativas de la amistad, no es bueno tener una percepción negativa del mundo que nos rodea a pesar de lo imperfecto que puede llegar a ser, debemos valorar los aspectos positivos y las buenas relaciones humanas. Sirva esta historia de los clavos como ejemplo de las cosas que se nos pasan desapercibidas a diario y que deberiéramos tener mas en cuenta.
Al pasar los dÃas la cantidad de clavos que se añadian a la puerta iba descendiendo debido a que el chico comenzaba a notar que era más sencillo controlar su carácter que meter un clavo en la puerta. Llegó el dÃa en que el chico habÃa aprendido a controlar sus ataques de ira y ya no añadÃa clavos a la puerta.
Se dirigió a su padre a comentarle el hecho y éste le pidió esta vez que cada dÃa que pasara sin ningun incidente debido a su carácter, que extrajera uno de los clavos de la puerta. Al cabo de cierto tiempo el chico se dirigió nuevamente al padre y le comentó que ya la puerta estaba sin ningún clavo. Su padre le acompaño a la puerta y le dijo:
"Bien hecho hijo mÃo, pero mira cuantas marcas de agujeros han dejado los clavos. Esta puerta nunca quedará como era originalmente. Uno puede pedir disculpas a las personas afectadas por los malos tratos y respuestas inadecuadas, pero la marca permanece siempre como parte de ese momento."
Los buenos amigos son como joyas de gran valor, difÃciles de recuperar. Necesitamos su apoyo en la vida para apoyarnos en los momentos difÃciles y animarnos a continuar hacia el éxito. Siempre sacan tiempo para ayudarnos. Demuestra a tus amigos lo mucho que los aprecias.
Hace unos dÃas en las definiciones del Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce se hacia referencia a definiciones negativas de la amistad, no es bueno tener una percepción negativa del mundo que nos rodea a pesar de lo imperfecto que puede llegar a ser, debemos valorar los aspectos positivos y las buenas relaciones humanas. Sirva esta historia de los clavos como ejemplo de las cosas que se nos pasan desapercibidas a diario y que deberiéramos tener mas en cuenta.